“El primer día de la semana, muy de mañana,
vinieron al monumento, trayendo los aromas que habían preparado, y encontraron
removida del monumento la piedra y, entrando, no hallaron el cuerpo del Señor
Jesús. Estando ellas perplejas sobre esto, se les presentaron dos hombres
vestidos de vestiduras deslumbrantes. Mientras ellas se quedaron aterrorizadas
y bajaron la cabeza hacia el suelo, les dijeron: ¿Por qué buscáis entre los
muertos al que vive? No está aquí, ha resucitado.
Acordaos cómo os habló
estando aún en Galilea, diciendo que el Hijo del hombre había de ser entregado
en poder de los pecadores, y ser crucificado, y resucitar al tercer día. Ellas
se acordaron de sus palabras, y, volviendo del monumento, comunicaron todo esto
a los Once y a todos los demás” (Lucas 24, 1-9).
¡Christus resurrexit!